La escuela como institución educativa, comparte la corresponsabilidad ética, política y moral de constituir un escenario donde se promueva e impulse la formación y socialización del alumno, así mismo, desde el currículo pretende dotar al alumno de habilidades, destrezas competencias actitudes, argumentos y sentimientos que afectan de manera directa e indirecta sus vidas, creándole identidad propia que le permita desarrollar sus habilidades de carácter comunicativo constituyéndose así como ser único, capaz de conocer e interactuar de mejor manera el mundo que le rodea.
Por lo tanto, la escuela involucra aquellos elementos pedagógicos metodológicos y disciplinares en torno a la orientación del proceso de enseñanza y aprendizaje, a través del llamado “conocimiento generador” propuesto por Perkins (2001) el cual se basa en aspectos básicos como la retención, la comprensión y el uso activo del conocimiento cuya principal característica es promover que los conocimientos adquiridos tengan un mayor significado en la vida cotidiana trascendiendo más allá de los libros, es decir, ocupándose también en la formación y construcción de la identidad individual y social del alumno procurando que este se sienta incluido y motivado para ser el mismo (Durkheim 1976, citado por Echavarría 2003) a la vez que toma conciencia de sí mismo y la relación que guarda con su entorno social para que de esta manera pueda comprender e interactuar con el mundo que le rodea.
Dentro de este proceso educativo, el estado juega un papel trascendental, ya que si bien es cierto que a través del currículo, establece los aprendizajes que desea generar en la sociedad, también controla de manera indirecta el aspecto socio cultural en que se desenvolverá el sujeto en un corto y mediano plazo y de esta manera perfila al alumno dentro del escenario ético-moral y político que demanda el desarrollo del país.
Buenas tardes Profesor, me es muy interesante su aportación.
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