sábado, 16 de mayo de 2015

Reproducción y resignificación


Por lo general es durante los primeros años de escuela, donde mis aprendizajes estuvieron basados en la reproducción de acciones y enunciados sin que éstos lograran hacer significado alguno en mi persona, un ejemplo clave para ilustrar esta situación, fue cuando trataba de aprender las famosas tabla de multiplicar, “el coco de muchos”, ya que con el famoso “cantadito” «dos por una dos, dos por dos cuatro…» se pretendía que se memorizaran dichas operaciones, y lo único que se lograba memorizar y/o aprender era el tono de la canción y en el mejor de los casos la letra, sin embargo, esto no significaba que existiera un verdadero aprendizaje de las tablas de multiplicar, ya que al no existir otra cosa más que la repetición, no había nada que resignificara dicho aprendizaje, esto era claramente observable cuando al intentar resolver operaciones en el cuaderno los resultados eran poco favorables y más aún cuando se trataba de resolver problemas de la vida cotidiana donde se esperaba que analizáramos la situación planteada para dar solución al problema por medio de las tablas de multiplicar. No fue sino al paso del tiempo y por medio de las experiencias que logré interiorizar dichos aprendizajes, apreciando su importancia y significado en mi vida cotidiana. 

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